ECONOMÍA: Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 10 de agosto de 2017.

A continuación  se presenta el Resumen de la Minuta número 53 correspondiente a la Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 10 de agosto de 2017. Al darle lectura a este documento queda muy claro lo que está sucediendo actualmente en la economía nacional e internacional.

1. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA RECIENTE Y PERSPECTIVAS

La presente Sección fue elaborada por las Direcciones Generales de Investigación Económica y de Operaciones de Banca Central, ambas del Banco de México.

1.1. Actividad económica mundial

Actividad económica mundial

La actividad económica mundial continuó expandiéndose a un ritmo modesto durante el segundo trimestre del año de manera generalizada entre países y regiones. No obstante, este escenario de crecimiento sigue enfrentando riesgos a la baja, incluyendo los derivados de la elevada incertidumbre que prevalece sobre el rumbo de la política económica en Estados Unidos, los crecientes riesgos geopolíticos en diversas regiones, así como la posibilidad de que se implementen barreras al comercio internacional.

Estados Unidos

En Estados Unidos, la actividad económica registró un crecimiento de 2.6 por ciento a tasa trimestral anualizada durante el segundo trimestre del año, luego de haberse expandido 1.2 por ciento durante el primer trimestre. Dicho repunte se debió, principalmente, al mayor gasto en consumo privado, el cual podría asociarse al aumento del ingreso personal y los elevados niveles de confianza de los consumidores. También contribuyó el fortalecimiento de la inversión de las empresas y el crecimiento de las exportaciones netas.

Durante el segundo trimestre del año, la producción industrial de Estados Unidos se expandió a una tasa trimestral anualizada de 4.7 por ciento, la mayor en los últimos tres años. El buen desempeño de este indicador refleja la recuperación de la actividad minera, en particular la petrolera, el repunte del sector de suministro de gas y electricidad, y la moderada expansión de la producción manufacturera.

En este contexto, el mercado laboral en Estados Unidos siguió mostrando un desempeño positivo. En los primeros siete meses del año se generaron 184 mil nuevos empleos mensuales en promedio, cifra similar a la registrada durante 2016. Adicionalmente, la tasa de desempleo se ubicó en 4.3 por ciento en julio. No obstante, el crecimiento de las remuneraciones salariales continuó siendo moderado.

Zona euro

En la zona del euro, la actividad económica en el segundo trimestre del año se expandió a un ritmo de 2.3 por ciento en términos anualizados, superando el crecimiento de 2 por ciento observado durante el primer trimestre y mostrando un dinamismo cada vez más homogéneo entre países y sectores. El crecimiento se ha visto apoyado por una política monetaria considerablemente acomodaticia y por la recuperación del crédito, lo que ha impulsado tanto el consumo como la inversión privada. En este contexto, la tasa de desempleo siguió disminuyendo y se ubicó en 9.1 por ciento en junio, si bien el crecimiento de los salarios continuó siendo débil.

Economías emergentes

En las economías emergentes, la actividad económica también se ha venido fortaleciendo, beneficiándose de las condiciones financieras globales benignas, del entorno de mayor crecimiento global y de la recuperación de la demanda interna. Por regiones, la mayoría de los países de América Latina continuaron mostrando una mejoría, en Europa del Este prevaleció un crecimiento relativamente fuerte, y en algunas economías emergentes de Asia la expansión fue mayor a la anticipada. Adicionalmente, en estas economías se ha registrado en lo que va del año un aumento sostenido de las entradas de capitales y un incremento en los niveles de endeudamiento, tanto del sector privado como del público.

Los precios internacionales de las materias primas registraron, en general, un incremento durante las últimas semanas. Por un lado, se observó un repunte en los precios del petróleo, como resultado, en gran medida, de la disminución de los inventarios de crudo en Estados Unidos y de un menor ritmo de crecimiento en el número de plataformas de perforación y extracción de crudo en ese país. A este incremento también contribuyeron la expectativa de que Arabia Saudita reduzca sus exportaciones de petróleo en los siguientes meses y el compromiso de Nigeria de participar en el acuerdo de recorte de producción de países de la OPEP y otros países productores. Por su parte, los precios de los metales industriales crecieron ante un desempeño favorable de la actividad manufacturera y de la construcción en China, aunado al continuo debilitamiento del dólar estadounidense. Por último, los precios de los granos mostraron una elevada volatilidad debido a preocupaciones sobre posibles afectaciones en las cosechas a causa de fuertes sequías en Estados Unidos.

1.2. Política monetaria y mercados financieros internacionales

La inflación a nivel mundial se ha mantenido baja en los últimos meses, reflejando la disminución en los precios de la energía, la ausencia de presiones salariales, a pesar de los menores niveles de holgura en los mercados laborales de múltiples países, y la presencia de factores transitorios en ciertas economías. Este ambiente de baja inflación y presiones salariales reducidas también pareciera estar influido, en parte, por ciertos factores estructurales, como el avance tecnológico y la globalización. Así, en las principales economías avanzadas, con excepción del Reino Unido, la inflación subyacente continuó ubicándose por debajo de las metas de sus bancos centrales, y las expectativas de inflación implícitas en los instrumentos de mercado se mantuvieron bajas. En Estados Unidos, las bajas expectativas de inflación también obedecen a la falta de avances de la agenda legislativa, particularmente en materia fiscal. En las economías emergentes, la inflación ha seguido disminuyendo, situándose en muchos casos incluso por debajo de la meta de sus respectivos bancos centrales, reflejando la reducción en los precios de la energía y el desvanecimiento de los efectos de las depreciaciones de las monedas nacionales correspondientes que se observaron durante buena parte del 2016.

En este entorno, los bancos centrales de las principales economías avanzadas han mantenido sus posturas de política monetaria acomodaticias. Hacia adelante, se sigue anticipando que los principales bancos centrales retiren lentamente las medidas extraordinarias de estímulo monetario para acercarse a una postura más neutral. Así, las expectativas implícitas en instrumentos de deuda de corto plazo sugieren un aumento muy gradual de las tasas de referencia de los principales bancos centrales. En este sentido, los institutos centrales han expresado su confianza de que las condiciones monetarias acomodaticias seguirán contribuyendo a la mejoría del mercado laboral y a un eventual aumento en los salarios y en los precios. En la mayoría de las economías emergentes, las posturas monetarias han seguido siendo acomodaticias ante las menores presiones inflacionarias, registrándose incluso recortes en las tasas de interés de referencia en algunos países como Brasil, Colombia, Perú y Sudáfrica.

En su reunión de julio, la Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo el rango objetivo de la tasa de fondos federales entre 1 y 1.25 por ciento, reconociendo que la inflación ha disminuido y que esta se ubica por debajo de su objetivo de dos por ciento. No obstante, dado el crecimiento económico moderado y el buen desempeño del mercado laboral, se anticipa que ese instituto central haga un anuncio en septiembre de este año acerca del inicio de la reducción del tamaño de su hoja de balance y que posiblemente incremente su tasa de interés de referencia en su reunión de diciembre. Para 2018 y años subsecuentes, los mercados esperan aumentos moderados en la tasa de fondos federales, así como una estrategia gradual y pasiva de reducción de su balance.

Por su parte, en su reunión de julio, el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambio su postura monetaria. Si bien en su comunicado conservó abierta la posibilidad de prolongar su programa de compra de bonos en caso de ser necesario, esa Institución dejó entrever que, dada la mejoría en la situación macroeconómica de la región, podrían anunciar una reducción al monto mensual de compras en los próximos meses, la cual podría iniciar en 2018. A pesar de esto, el BCE recalcó que las condiciones monetarias continuarían siendo acomodaticias por un periodo relativamente extendido.

En su reunión de agosto, el Banco de Inglaterra también mantuvo sin cambio su postura monetaria. Cabe destacar que en su Comité prevaleció el consenso de que el ritmo de alza de tasas será gradual, reflejando las dudas sobre la fortaleza de la actividad económica. Sin embargo, en su comunicado destacó que de evolucionar la economía conforme a sus últimas proyecciones, las condiciones monetarias tendrían que endurecerse a un ritmo menos gradual de lo que las tasas implícitas de mercado reflejan.

En su reunión de julio, el Banco de Japón mantuvo sin cambio el monto de su programa de compra de activos y su guía para el control de la curva de rendimientos. Si bien esa institución revisó a la baja sus pronósticos de inflación y postergó hacia 2019 la fecha en la que estima alcanzar su meta de 2 por ciento, se mostró confiada en que se observe un aumento en la inflación debido al mayor crecimiento económico y la menor holgura que se ha registrado recientemente en el mercado laboral.

En este contexto, la expectativa de que los costos de financiamiento se mantengan bajos, aunado a un ambiente de baja volatilidad, propició que en los mercados financieros internacionales se notara una mayor intensidad por la búsqueda de mayores rendimientos a través de la recomposición de carteras de inversionistas institucionales hacia activos de mayor riesgo de mercado. Esto dio lugar al buen desempeño de los bonos corporativos y de los activos de mercados emergentes, así como a la apreciación de las divisas frente al dólar. Por su parte, los índices accionarios tuvieron un comportamiento mixto. Las bolsas de Estados Unidos alcanzaron nuevos máximos históricos ante las mejores perspectivas de crecimiento y los sólidos resultados corporativos. En contraste, las bolsas europeas se vieron afectadas por el mal desempeño del sector exportador, como resultado de la apreciación del euro frente al dólar.

Finalmente, en los mercados de renta fija se observó un incremento en las tasas de interés, particularmente en los bonos de mayor plazo, ante la expectativa de que los bancos centrales de los principales países emergentes continúen con el proceso gradual de normalización de sus posturas monetarias.

Reflejando los factores mencionados, los precios de los activos financieros de las economías emergentes también presentaron un desempeño positivo. En efecto, se continuaron observando flujos de entrada de capital hacia este conjunto de países, tanto hacia activos de renta fija como de renta variable.

No obstante lo anterior, hacia adelante persiste una serie de riesgos que podrían afectar el desempeño de los mercados financieros. En particular, destaca un escalamiento en las tensiones geopolíticas. Asimismo, sobresale la incertidumbre respecto a la aprobación de una reforma fiscal en Estados Unidos y al aumento del techo de endeudamiento de dicho país ante la falta de acuerdos en el Congreso. Por otro lado, siguen preocupando los bajos niveles de volatilidad y la alta valuación de algunos activos financieros, los cuales podrían presentar una corrección drástica si, por ejemplo, se observara un proceso de normalización de la política monetaria más acelerado al previsto.

 

2. EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA MEXICANA

2.1. Actividad económica y determinantes de la inflación

En el segundo trimestre de 2017, la actividad económica en México registró un ritmo de expansión ligeramente menor al del trimestre previo, de acuerdo con la estimación oportuna del PIB publicada por el INEGI. Esta expansión reflejó la trayectoria positiva de las exportaciones y del consumo privado, al tiempo que persistió la debilidad de la inversión.

En cuanto a la demanda externa, el gradual fortalecimiento de la actividad económica global y el nivel más depreciado de la moneda nacional contribuyeron a que las exportaciones manufactureras de México continuaran recuperándose, después de la tendencia negativa que registraron en 2015 y principios de 2016. Este mejor desempeño de las exportaciones se observó tanto en las destinadas a Estados Unidos, como al resto del mundo.

Con respecto a la demanda interna, el consumo privado mantuvo una tendencia positiva, si bien de acuerdo a su indicador mensual exhibió cierta desaceleración en el bimestre abril – mayo respecto al ritmo de expansión observado en la segunda mitad de 2016. Destaca que el consumo de bienes nacionales ha registrado una clara pérdida de dinamismo, al tiempo que el de bienes importados ha presentado una recuperación, lo cual pudiera estar asociado, en parte, a la apreciación que recientemente ha mostrado el peso frente al dólar.

Por su parte, a inicios del segundo trimestre de 2017 la inversión en maquinaria y equipo se mantuvo estancada, a la vez que el gasto de inversión en construcción siguió registrando una trayectoria decreciente, debido a que tanto el rubro residencial, como el no residencial, mostraron tendencias negativas.

En relación al desempeño de la actividad económica por el lado de la producción, el crecimiento de la economía mexicana en el segundo trimestre de 2017 continuó reflejando el dinamismo de las actividades terciarias, toda vez que prevaleció la atonía que la actividad industrial en su conjunto ha venido registrando desde mediados de 2014, al tiempo que las actividades primarias mostraron una contracción. Al interior de la actividad industrial, destaca que en el periodo abril – mayo la manufacturera exhibió cierta pérdida de dinamismo respecto a lo observado en la segunda mitad de 2016. Por su parte, la minería mantuvo una tendencia negativa, en tanto que la construcción presentó un estancamiento. En cuanto a los servicios, la trayectoria positiva que continuaron presentando en el bimestre abril – mayo de 2017 reflejó, principalmente, el crecimiento en el comercio y en los servicios de transporte e información en medios masivos; financieros e inmobiliarios; y de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, si bien se aprecia cierta desaceleración de los tres primeros rubros respecto a lo observado hacia finales del año pasado.

Derivado de la evolución reciente de la actividad económica, no se aprecian presiones significativas sobre los precios provenientes de la demanda agregada. Asimismo, si bien las condiciones en el mercado laboral continuaron estrechándose, de tal modo que dicho mercado parecería ya no tener holgura, no se perciben presiones salariales que pudieran afectar el proceso inflacionario.

En efecto, a finales del segundo trimestre de 2017 tanto la tasa de desocupación nacional, como la urbana, continuaron exhibiendo una tendencia decreciente, por lo que siguieron ubicándose en niveles inferiores a los registrados en 2008. Asimismo, el número de puestos de trabajo afiliados al IMSS continuó mostrando una trayectoria positiva, si bien los salarios siguieron disminuyendo en términos reales. En este contexto, a principios de 2017 el comportamiento de las remuneraciones y el de la productividad laboral ocasionaron que los costos unitarios de la mano de obra para la economía en su conjunto hayan presentado una trayectoria al alza, aunque se siguen ubicando en niveles bajos.

Al cierre del segundo trimestre de 2017, el financiamiento interno al sector privado no financiero continuó expandiéndose a un ritmo moderado, si bien sus componentes han mostrado un desempeño diferenciado. En particular, el financiamiento interno a las empresas siguió creciendo con dinamismo – reflejando, en buena medida, la sustitución de pasivos externos por internos por parte de las empresas grandes con acceso a mercados de deuda internacional –, mientras que el crédito a los hogares se desaceleró. Por su parte, los costos del financiamiento continuaron aumentando como reflejo de los incrementos en la tasa de fondeo bancario, al tiempo que la calidad de las diversas carteras de crédito permaneció sin mayores cambios. Lo anterior sugiere la ausencia de presiones de demanda en los mercados de fondos prestables.

2.2. Comportamiento y perspectivas de la inflación

La inflación general anual continuó ubicándose en niveles elevados, al alcanzar 6.31 por ciento en junio de 2017 y 6.44 por ciento en julio, si bien moderó su ritmo de crecimiento, al tiempo que se observó un cambio de tendencia en algunos rubros que habían sido afectados por los choques relacionados a la depreciación que el peso ha acumulado frente al dólar desde finales de 2014 y al proceso de liberalización de algunos precios de energéticos.

Así, el incremento reciente en la inflación general anual se explica, principalmente, por el impulso adicional que los aumentos de precios en ciertos productos agropecuarios han dado a la inflación no subyacente en los últimos meses. En efecto, si en julio se excluyera del cálculo del índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) el genérico jitomate, la inflación general anual en ese mes se hubiese ubicado en 6.17 por ciento.

La inflación subyacente anual pasó de 4.83 por ciento en junio de 2017 a 4.94 por ciento en julio, con lo que moderó su ritmo de crecimiento. Por una parte, la variación anual del subíndice de precios de las mercancías continuó exhibiendo una tendencia al alza, impulsada, en buena medida, por el aumento que presentó el rubro de las mercancías alimenticias. No obstante, la apreciación que ha tenido la moneda nacional parece estar contribuyendo a disminuir las tasas de crecimiento de los precios de las mercancías no alimenticias y, por ende, a moderar el ritmo de crecimiento de la inflación subyacente. En cuanto al subíndice de precios de los servicios, el aumento en su tasa de variación anual se debió, en lo fundamental, a menores reducciones en las tarifas de telefonía móvil y al repunte transitorio en los precios de los servicios turísticos, ambos respecto al año previo.

La inflación no subyacente anual mantuvo niveles elevados, registrando 11.09 por ciento en junio de 2017 y 11.27 por ciento en julio. Este comportamiento se explica, en su mayor parte, por el aumento que han presentado las tasas de variación anual del subíndice de precios de los productos agropecuarios, especialmente los de frutas y verduras.

Lo anterior fue parcialmente compensado por las menores tasas de crecimiento anual del grupo de los energéticos en respuesta a la apreciación de la moneda nacional y la reducción en las referencias internacionales de varios de estos energéticos.

Las medianas de las expectativas de inflación provenientes de la encuesta que levanta el Banco de México entre especialistas del sector privado mostraron ajustes moderados y siguen siendo congruentes con un aumento temporal en la inflación. En efecto, las expectativas para el cierre de este año se ajustaron ligeramente al alza ante los choques de oferta de principios de año y las sorpresas desfavorables en los datos de inflación respecto a lo esperado por dichos especialistas, mientras que las expectativas para plazos mayores permanecieron prácticamente sin cambios. En particular, la mediana correspondiente a las expectativas de inflación general para el cierre de 2017 aumentó de 5.9 a 6.0 por ciento entre las encuestas de mayo y julio de 2017; destaca que los cambios que esta ha registrado recientemente se han moderado, inclusive entre junio y julio permaneció prácticamente constante. Por su parte, las medianas correspondientes a las expectativas para el cierre de 2018 y 2019 se mantuvieron en 3.8 y 3.5 por ciento, respectivamente, en tanto que las de largo plazo permanecieron en niveles cercanos a 3.5 por ciento entre las mismas encuestas. Por lo que respecta a las expectativas de inflación implícitas en las cotizaciones de instrumentos de mercado para horizontes de largo plazo (extraídas de instrumentos gubernamentales con vencimiento a 10 años), estas se incrementaron en menor magnitud que en ocasiones anteriores y continuaron ubicándose alrededor de 3 por ciento. Mientras tanto, la prima por riesgo inflacionario registró una disminución importante.

Si bien en los próximos meses la inflación general anual seguirá por arriba de 6 por ciento, esta parecería estar acercándose a un máximo. Así, se prevé que en los últimos meses de este año la inflación general retome una tendencia a la baja y que esta se acentúe durante el año siguiente, conduciendo a la convergencia al objetivo de 3.00 por ciento hacia finales de 2018. Para la inflación subyacente anual, se anticipa que en 2017 permanezca por encima de la cota superior del intervalo de variación del Banco de México, pero significativamente por debajo de la trayectoria de la inflación general anual, y que a finales de 2017 y principios de 2018 reinicie una trayectoria convergente hacia el objetivo de inflación. Estas previsiones toman en consideración los importantes ajustes de política monetaria que se han aplicado desde diciembre de 2015 hasta el momento y que seguirán incidiendo sobre el comportamiento de la inflación en los siguientes trimestres, el desvanecimiento de los choques que ha enfrentado la inflación, la importante apreciación que ha tenido la cotización de la moneda nacional frente al dólar y la expectativa de que no se presentarán presiones sobre los precios por el lado de la demanda agregada.

Las previsiones anteriores están sujetas a riesgos, entre los que destacan los siguientes. Al alza, que, ante la simultaneidad y magnitud de los choques que ha tenido la inflación, tengan lugar efectos de segundo orden sobre ella, lo cual no ha sucedido a la fecha. De igual forma, que se presente una reversión de la apreciación que ha tenido la moneda nacional y que persistan los incrementos en los precios de los bienes agropecuarios, si bien su efecto sobre la inflación sería transitorio. Igualmente, tomando en cuenta que las condiciones en el mercado laboral han venido estrechándose, la evolución de los costos unitarios de la mano de obra podría empezar a presionar la inflación. A la baja, que se consolide e incluso se profundice la apreciación de la moneda nacional. Que los precios de los energéticos disminuyan en correspondencia con sus referencias internacionales. Asimismo, que se presente una reversión mayor a la anticipada de los incrementos en los precios de productos agropecuarios que han afectado en los meses recientes a la inflación. En este mismo sentido, las reformas estructurales podrían dar lugar a reducciones adicionales en diversos precios de la economía. Finalmente, una desaceleración mayor a la prevista de la actividad económica nacional dificultaría el surgimiento de presiones inflacionarias por el lado de la demanda agregada y el mercado laboral.

3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA

En este contexto, la Junta de Gobierno ha decidido por unanimidad mantener sin cambio el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 7.00 por ciento.

Hacia adelante, seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, así como la evolución de la brecha del producto. También evaluará la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos. En todo caso, ante los diversos riesgos que siguen presentes, la Junta estará vigilante para asegurar que se mantenga una postura monetaria prudente, de manera que se fortalezca el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo y se logre la convergencia de esta a su objetivo.

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