Esta tendencia nació en 2012 en Nueva York y Londres, aquellas ciudades que marcan e imponen las tendencias de varias industrias como el arte o la tecnología, pero principalmente la moda y el lujo. Las grandes metrópolis alrededor del mundo toman como inspiración los avances que surgen en estas ciudades y después los replican, tanto sus modelos de negocio como sus planes de acción. Las pop-up stores no son la excepción.
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