La moda es actualmente el motor del consumo en los países más avanzados. La crisis ha potenciado este papel y el comprador busca constantemente nuevos productos de moda entre una oferta variada y de cambios rápidos, y, naturalmente, a unos precios asequibles. La respuesta de la industria ha sido desarrollar un modelo de elevada eficiencia perfeccionado por algunas cadenas de distribución, que ahora lideran el mercado de la moda y son las impulsoras de la actividad de la cadena textil.
Con ello las compras de moda son básicamente compras por impulso mientras las planificadas o de utilidad básica han ido retrocediendo dentro de las motivaciones del consumidor.
Más información de la nota aquí.