Hoy es un día que muchos nunca hubieran querido que llegara. Trump tomará posesión como el presidente número 45 de los Estados Unidos de América. Los ojos del mundo están puestos en el magnate en la Casa Blanca, pero también voltearán hacia México, objeto de muchas de las consignas hostiles del nuevo mandatario.
La campaña del empresario se basó en el cuestionamiento de las políticas comerciales entre ambos países, y tiene como prioridad renegociar (o abandonar) el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
La situación interna del país (bajo crecimiento, inflación y débil Estado de derecho) tampoco ayuda a enfrentar los retos del exterior con más entusiasmo. Pero conviene recordar algunas características que hacen al país atractivo para la inversión y el crecimiento.
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