Las exportaciones de la industria textil y de la confección del país aumentaron en el primer semestre del año un 10%, hasta 6.900 millones de ringgits (1.718 millones de dólares).
Malasia se reivindica como polo de aprovisionamiento para el textil. El país asiático busca también hacerse un hueco en la región y atraer parte de la inversión que abandona china hacia países con costes laborales más bajos. Uno de los gigantes chinos de la confección, Daiyin Textile, con una facturación anual de 3.000 millones de yuanes (451 millones de dólares), ha anunciado una inversión de 500 millones de ringgits (124,5 millones de dólares) en ampliar su capacidad productiva en el país.
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