NACIONAL: Los terribles efectos para México de un triunfo de Donald Trump

México es una nación altamente dependiente de su comercio exterior para poder crecer, tan es así que cuando éste presenta problemas nuestro Producto Interno Bruto (PIB) crece más lentamente, como es el caso actual; o bien, se desploma, tal como sucedió en el año 2009. Esta situación nos vuelve  muy vulnerables respecto a lo que sucede en el resto del mundo; y pero aún, provoca una enorme preocupación cuando escuchamos comentarios como los que ha hecho el virtual candidato del Partido Republicano, Donald Trump, en el sentido de que de llegar a la presidencia desconocerá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) imponiendo aranceles a los productos hechos en México. 

A continuación se presenta una breve radiografía del comercio exterior mexicano, y lo que representa Estados Unidos dentro de éste, para dimensionar adecuadamente el riesgo que implica el plan de Trump:

En el primer trimestre de 2016 el volumen total de comercio exterior (exportaciones más importaciones) por parte de México sumó 174.281 miles de millones de dólares, cifra 4.8% inferior a la observada en el primer trimestre de 2015. Este monto de comercio exterior se conformó de exportaciones por un valor de 85.147 mmdd e importaciones de 89.133 mmdd, lo que nos generó un déficit en nuestra balanza comercial de 3.985 mmdd. Cabe señalar que en los tres primeros meses de este año las ventas de México al exterior presentan una disminución anualizada de 5.9%, mientras que las importaciones una caída de 3.7 por ciento.

Del total de exportaciones de México en el primer trimestre de 2016, un monto de 69.547 mmdd tuvieron como destino Estados Unidos, esta cantidad es equivalente al 81.7% del total; por su parte, del total de importaciones registradas por nuestro país en el primer trimestre de este año, 43.933 mmdd tuvieron como origen nuestro vecino del norte, cifra equivalente a 49.3% del total. De esta manera, en el primer trimestre de 2016 el saldo de la balanza comercial de México con Estados Unidos fue superavitario en favor de nuestro país en 25.614 mmdd.

Este último dato ilustra lo importante que es para México el comercio con Estados Unidos, sobre todo en términos de la ganancia que obtenemos, ya que si bien el superávit de  25.614 mmdd observado en el primer trimestre de este año pudiera parecer relativamente pequeño en relación al volumen total de comercio, hay que ver que en el año 2015 completo éste superávit fue de 112.140 mmdd y en el 2014 ascendió a 113.042 mmdd.

Estos enormes superávits comerciales con Estados Unidos son lo que molesta a Donald Trump, pero son lo que nos permiten financiar los déficits comerciales con las naciones asiáticas.  En el año 2015 el déficit comercial de México con Asia sumó 119.500 mmdd y en el primer trimestre de 2016 ya asciende a -27.949 mmdd. Así pues, queda claro que el superávit comercial de México con Estados Unidos nos ayudó a financiar el 93.8% del déficit con todas las naciones asiáticas en 2015, y en 2016 nos ayuda a financiar el 91.6% de dicho desequilibrio comercial. No cabe duda de que México no podría realizar las importaciones que hace desde naciones como China, Japón, Corea del Sur y Vietnam si no fuera por los dólares que gana de su relación comercial con la economía más grande del mundo.

Así pues, cuando uno analiza que las exportaciones que México hizo a Estados Unidos representan el 27.0% del PIB de nuestro país en el año 2015, pues eso nos da una buena idea de lo que nos sucedería si mantenemos los crecientes niveles de importaciones provenientes de Asia, y Trump decide aumentarnos los aranceles en 20 puntos porcentuales, tal como lo ha declarado. Desde luego que las consecuencias serían devastadoras para nuestra economía porque caería el volumen de comercio exterior, se derrumbaría nuestro PIB, el déficit comercial con Asia sería insostenible, el tipo de cambio se iría sin problemas hasta niveles de 25 pesos por dólar, la inflación aumentaría seguramente a niveles por encima del 10% y las tasas de interés se elevarían a la par frenando cualquier posible crecimiento del mercado interno. En resumen: sería una crisis peor a la que vivimos en el año 1995.

Si a esto le sumamos el plan de Trump para deportar a unos 10 millones de mexicanos que se encuentran de manera ilegal en Estados Unidos, pues lo que nos depara el futuro es muy preocupante en caso de que dicho personaje gane la presidencia, ya que México no tiene capacidad de absorber dicha cantidad de personas en su mercado laboral, las familias que viven de las remesas perderían su fuente de ingresos por lo que el consumo nacional caería, además de que las presiones sobre el tipo de cambio serían aún mayores dada la importancia que tienen las remesas como fuente de divisas (en el año 2015 sumaron un total de 24.7 mmdd).  

Cabe señalar que las declaraciones que ha hecho Trump en relación al proteccionismo que piensa instaurar en Estados Unidos (principalmente elevando aranceles) no han sido sólo en contra de México, y ha tenido opiniones negativas también de las relaciones comerciales con Japón, China y básicamente cualquier nación con la que nuestro vecino del norte mantenga un déficit comercial crónico. Este nacionalismo torpe, en el mejor de los casos, le ha valido ser comparado con Hitler y Mussolini.

A juicio de muchos, de llevarse a cabo lo que señala Trump en materia de comercio exterior y migración, el mundo entero podría entrar en una recesión. Ésta eventualmente acabaría perjudicando la planta productiva de Estados Unidos ya que el resto de las naciones no se quedarían cruzadas de brazos ante las medidas proteccionistas estadounidenses y seguro incrementarán sus impuestos a las importaciones provenientes de la economía más grande del mundo. 

Es por esto que a juicio de muchos, si bien los costos económicos de una presidencia de Trump serían altísimos en el corto plazo, eventualmente sería echado del cargo por el electorado estadounidense, y paulatinamente se restablecería la dinámica comercial internacional conforme se revierten las medidas llevadas a cabo por Trump. 

El planteamiento de esta posible “guerra comercial” y el plan de deportaciones masivas nos hace recordar la Segunda Guerra Mundial en la cual los Nazis se sentían una raza superior.  Eventualmente éstos fueron derrotados con armamento y porque, salvo por los japoneses e italianos, el resto del mundo se unió en su contra. Y pues esto es precisamente lo que podremos esperar como resultado de una guerra comercial iniciada por Estados Unidos: que todo el mundo se una en su contra con consecuencias catastróficas para dicha nación en el mediano plazo, incluido el dejar de ser la economía más grande del mundo y ceder dicho lugar a China y la Unión Europea. 

Ante este escenario tan riesgoso para México, es conveniente que nuestro país se prepare con un plan  para dar empleo digno a los que regresen a nuestro país deportados. Además de que es urgente  diversificar nuestro comercio exterior hacía otras partes del mundo, ya que no es sano tener concentrado el 81.7% del mercado de nuestras exportaciones en un solo país. Si no tomamos previsiones, nuestro país podría sufrir la crisis económica más fuerte de su historia con consecuencias inimaginables en empleo y, por lo tanto, en la paz social. Se nos ha dicho que las autoridades del gobierno federal y el Banco de México ya están pensando en un plan, pero al día de hoy no sabemos nada al respecto.

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