MÉXICO:Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México sobre política monetaria.

A continuación se presenta el resumen de la Minuta número 43 correspondiente a la Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 5 de mayo de 2016.

1. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA RECIENTE Y PERSPECTIVAS

La presente Sección fue elaborada por las Direcciones Generales de Investigación Económica y de Operaciones de Banca Central, ambas del Banco de México.

1.1. Perspectiva económica internacional

Economía mundial

Las perspectivas de crecimiento para la economía mundial han continuado revisándose a la baja, reflejando un ritmo de expansión menor al anticipado tanto de las economías emergentes, como de las avanzadas. Por su parte, los mercados financieros han mostrado una menor volatilidad en las últimas semanas ante la expectativa de un proceso de normalización de la política monetaria más gradual en Estados Unidos, una mejoría en la actividad económica en China y cierta recuperación en los precios de las materias primas. No obstante, el balance de riesgos para la economía global es a la baja y en el margen se ha deteriorado. En particular, se han acentuado diversos riesgos geopolíticos, tales como la incertidumbre política en Brasil, el próximo referéndum en Reino Unido sobre su permanencia en la Unión Europea, la crisis migratoria en Europa, y una retórica proteccionista en algunas economías avanzadas.

Estados Unidos

El ritmo de crecimiento de la actividad económica en Estados Unidos se desaceleró significativamente en el primer trimestre de 2016. En efecto, el PIB de ese país aumentó 0.5 por ciento a tasa trimestral anualizada en ese período, cifra menor a la esperada y al 1.4 por ciento observado durante el cuarto trimestre de 2015. El gasto en consumo privado mostró un menor crecimiento que en el trimestre previo, a pesar de la continua fortaleza del empleo, el crecimiento del ingreso de los hogares y los elevados niveles de confianza del consumidor. Por su parte, la inversión no residencial, las exportaciones y la producción industrial siguieron afectadas por los efectos rezagados de la apreciación del dólar, el lento crecimiento de la demanda externa, y los bajos precios de los energéticos.

La producción industrial en Estados Unidos registró una caída de 2.2 por ciento a tasa trimestral anualizada durante el primer trimestre del año, después de una contracción de 3.3 por ciento el trimestre previo. En particular, en los primeros tres meses del año se profundizó el deterioro del sector minero, en especial el asociado con energía. La producción manufacturera registró un crecimiento trimestral anualizado de 0.6 por ciento, luego de una contracción de 0.5 por ciento el trimestre previo. No obstante, excluyendo la producción de vehículos, el sector manufacturero mostró un estancamiento en el trimestre.

En contraste, el mercado laboral de Estados Unidos siguió mostrando una mejoría. En particular, la nómina no agrícola creció a un promedio mensual de 209 mil plazas en el primer trimestre de 2016. Además, la tasa de participación laboral se incrementó de 62.6 por ciento en diciembre de 2015 a 63.0 por ciento en marzo. En este contexto, la tasa de desempleo se mantuvo en alrededor del 5.0 por ciento, cifra cercana a la mediana de 4.8 por ciento de las proyecciones de largo plazo de la Reserva Federal. No obstante, la evolución reciente de los salarios todavía sugiere la existencia de cierta holgura en dicho mercado.

Zona Euro

En la zona del euro, la actividad económica continuó expandiéndose a un ritmo moderado durante el primer trimestre de 2016. De acuerdo con la estimación preliminar, el PIB creció 2.2 por ciento a tasa trimestral anualizada, frente a 1.3 por ciento en el cuarto trimestre de 2015. El relajamiento en las condiciones de crédito, en conjunto con una postura de política fiscal ligeramente expansionista, han influido en este resultado. Sin embargo, prevalecen retos, como un entorno externo frágil, la apreciación del euro e incertidumbre sobre el efecto de las tasas de interés de depósitos negativas sobre la estabilidad del sistema bancario.

Economías emergentes

Por otra parte, las perspectivas de crecimiento de algunas de las principales economías emergentes han seguido revisándose a la baja. En particular, destaca el panorama menos favorable para América Latina, región cuyo producto se espera se contraiga por segundo año consecutivo en 2016. Esto, reflejando el considerable deterioro en sus términos de intercambio, dada la gran caída de los precios de las materias primas, la situación prevaleciente en Brasil y Venezuela, el anuncio de recortes fiscales en diversos países, y el limitado margen de maniobra de la política monetaria, dada una inflación superior al objetivo en varios países.

En contraste, los temores sobre una fuerte desaceleración de la economía china se han reducido, en vista de la recuperación observada en los principales indicadores de actividad económica de marzo. A ello han contribuido las medidas de estímulo monetario y fiscal. Estas últimas se han reflejado en más proyectos públicos de inversión en infraestructura y en un repunte del sector inmobiliario. Sin embargo, estas medidas han venido acompañadas de un mayor crecimiento en el crédito, lo cual aumenta los riesgos para la estabilidad financiera de este país.

Después de caer al inicio del año, en general los precios internacionales de las materias primas mostraron una mejoría durante las últimas semanas. En el caso del petróleo, a pesar de no haberse logrado un acuerdo en la reunión de Doha entre países miembros y no miembros de la OPEP para limitar la producción de petróleo, los precios continuaron recuperándose. Esto último, ante una mejoría en las perspectivas sobre el balance entre la oferta y la demanda derivada de reducciones en los niveles de producción en varios países, en particular, de Estados Unidos y Canadá.

En las principales economías avanzadas la inflación y sus expectativas se mantienen bajas, y prevalecen preocupaciones deflacionarias. Por su parte, en las economías emergentes, en particular en gran parte de las economías de América Latina, así como Rusia y Sudáfrica, entre otras, la inflación se mantuvo elevada, a pesar de la apreciación en general de sus monedas en las últimas semanas.

Bancos centrales

La debilidad del entorno externo contribuyó a que la postura de política monetaria del Banco Central Europeo se tornara más acomodaticia y a que la normalización de la postura de la Reserva Federal sea más gradual. No obstante, estas políticas laxas (junto con la del Banco de Japón) parecerían estar teniendo una efectividad decreciente para apoyar la recuperación de sus economías y podrían estar generando riesgos importantes para la estabilidad del sistema financiero internacional.

En su reunión de abril, la Reserva Federal mantuvo nuevamente sin cambio su objetivo para la tasa de fondos federales en un rango de 0.25 a 0.5 por ciento. No obstante, en el comunicado dejó de referirse a los acontecimientos económicos y financieros globales como un riesgo para la economía de Estados Unidos, aunque mencionó que el entorno internacional se seguirá monitoreando cuidadosamente. Además, la Reserva Federal señaló que la inflación se mantiene por debajo de la meta de 2 por ciento, reflejando en parte las caídas observadas en los últimos meses en los precios de la energía y de las importaciones, y reiteró que las expectativas de inflación se mantienen aún bajas.

Después de la ampliación del relajamiento monetario durante marzo, el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios sus tasas de política monetaria en abril y reafirmó su orientación sobre posibles modificaciones (“forward guidance”), enfatizando que el BCE está dispuesto a utilizar todos los instrumentos a su disposición, incluyendo recortes adicionales a las tasas de interés, para alcanzar su meta de inflación. Esa Institución destacó que el anuncio de las medidas en marzo ha apoyado una mejoría en las condiciones de financiamiento y un repunte en el crecimiento del crédito.

En su reunión de abril, el Banco de Japón se abstuvo nuevamente de proveer un relajamiento adicional, a pesar de haber revisado a la baja significativamente sus perspectivas para la economía y la inflación, de reconocer una reducción en las expectativas de inflación y de aplazar el logro de la meta de inflación de 2 por ciento hasta el año fiscal 2017. No obstante, esa Institución reiteró que en caso de que se considere necesario, se implementarían medidas adicionales de relajamiento en el futuro.

1.2. Evolución financiera reciente

1.2.1. Mercados en México

Los mercados financieros en México también registraron un desempeño positivo durante las últimas semanas. En este sentido, el tipo de cambio del peso frente al dólar se apreció 2.8% durante el periodo de análisis y de esta forma continuó la tendencia de apreciación observada desde el anuncio de las acciones conjuntas por parte de las autoridades mexicanas en materia fiscal, monetaria y cambiaria dadas a conocer el pasado 17 de febrero. Adicionalmente, destacó que las condiciones de operación fueron favorables y mejores a las observadas al inicio del año.

Por su parte, el mercado de dinero también registró un desempeño positivo, con disminuciones en las tasas de interés a lo largo de toda la curva de rendimientos y, en especial, en los plazos más largos. Al respecto, uno de los factores que contribuyó a dicho comportamiento fue la reducción de los montos de colocación trimestrales recientemente anunciados por la SHCP, los cuales se derivan de la aplicación del remanente de operación que el Banco de México entregó en abril a la mencionada Secretaría. En términos de flujos, los inversionistas extranjeros continuaron incrementando su exposición en bonos de largo plazo denominados en pesos.

Finalmente, las expectativas de inflación implícitas en los diferenciales entre las tasas nominales y las reales se mantienen estables y ligeramente por debajo de la meta puntual de inflación del Banco de México. En línea con lo anterior, las expectativas del rumbo de la política monetaria en México implícitas en la estructura de la curva de rendimientos se ajustaron y ahora anticipan que el siguiente incremento en la tasa de referencia se lleve a cabo en septiembre de este año, y no en junio, como previamente se anticipaba.

1.3. Perspectivas para la actividad económica y la inflación en México

1.3.1. Actividad económica

En el primer trimestre de 2016, según la estimación oportuna del PIB publicada por el INEGI, la economía mexicana presentó un crecimiento superior al observado en el trimestre previo. En particular, la actividad económica en México continuó siendo impulsada por la expansión del consumo privado, ya que la demanda externa siguió registrando un comportamiento desfavorable, a la vez que la inversión fija bruta mantuvo un débil desempeño.

En efecto, en el primer trimestre de 2016 las exportaciones manufactureras mantuvieron una tendencia negativa, en un contexto en el cual el comercio mundial ha venido mostrando una desaceleración. En particular, tanto las exportaciones dirigidas a Estados Unidos, como las canalizadas al resto del mundo, presentaron una trayectoria decreciente, la cual ha sido más notoria en el caso de estas últimas. Asimismo, este comportamiento desfavorable de las exportaciones manufactureras se observa tanto en las exportaciones automotrices, como en las no automotrices. En cuanto a la demanda interna, algunos indicadores del consumo privado, tales como las ventas de vehículos ligeros y los ingresos por suministro de bienes y servicios al por menor, sugieren que este continuó exhibiendo una tendencia creciente, si bien las ventas de la ANTAD se desaceleraron en los primeros tres meses del año. Por su parte, la inversión fija bruta siguió registrando un débil desempeño, como reflejo de la tendencia negativa que ha mostrado la inversión en maquinaria y equipo, y del hecho de que la inversión en construcción no ha presentado señales claras de una recuperación.

Por el lado de la producción, de acuerdo a cifras del IGAE, en los primeros dos meses de 2016 las actividades terciarias mantuvieron una tendencia positiva, en tanto que la producción industrial continuó registrando un estancamiento. En particular, las manufacturas siguieron presentando un bajo ritmo de crecimiento, en congruencia con el débil desempeño que se ha observado en la producción industrial en Estados Unidos y en la demanda proveniente del resto del mundo. Por su parte, la construcción sigue sin exhibir un cambio favorable de tendencia, en tanto que la minería siguió mostrando una tendencia negativa.

1.3.2. Evolución y perspectivas de la inflación

Las condiciones inflacionarias de la economía continúan siendo favorables, y se han continuado registrando niveles de inflación por debajo de los previstos. En efecto, entre febrero y la primera quincena de abril de 2016, la inflación general anual disminuyó de 2.87 a 2.60 por ciento. Esto se debió, principalmente, a las menores tasas de crecimiento en los precios del componente no subyacente. Por su parte, si bien la inflación subyacente exhibió una moderada tendencia al alza, se mantiene en niveles por debajo de 3 por ciento, pasando en el periodo citado de 2.66 a 2.79 por ciento.

Este comportamiento de la inflación subyacente se explica por la evolución de los precios de las mercancías, como consecuencia del ajuste en su precio relativo respecto de los servicios, en alguna medida derivado de la depreciación cambiaria que se registró desde finales de 2014. Por su parte, como reflejo de la holgura presente en la economía, la tasa de crecimiento anual del subíndice precios de los servicios se mantiene en niveles relativamente reducidos.

Entre febrero y la primera quincena de abril, el componente no subyacente desaceleró su tasa de crecimiento anual, pasando de 3.49 a 2.01 por ciento. Lo anterior fue consecuencia de la disminución en los precios de algunas hortalizas, al comenzar a normalizarse sus condiciones de oferta, luego de los aumentos de precio que registraron a inicios del año. Al mismo tiempo, las variaciones anuales del rubro de energéticos presentaron valores todavía más negativos, como resultado, principalmente, de las reducciones en los precios de las gasolinas.

Luego del incremento que la mediana de las expectativas de inflación provenientes de la encuesta que levanta el Banco de México entre especialistas del sector privado para el cierre de 2016 registró en el mes de febrero del año en curso, esta disminuyó a 3.2 por ciento en la encuesta de abril. Por su parte, la mediana de aquellas correspondientes al cierre de 2017 y la relacionada a las expectativas de horizontes de más largo plazo se mantuvieron sin cambios importantes alrededor de 3.3 por ciento entre las referidas encuestas. De igual forma, las expectativas de inflación implícitas en las cotizaciones de instrumentos de mercado correspondientes a horizontes de largo plazo (extraídas de instrumentos gubernamentales con vencimiento a 10 años) permanecieron estables alrededor de 3 por ciento, mientras que la prima por riesgo inflacionario continúa en niveles negativos. Así, la compensación por inflación y riesgo inflacionario se ubica en niveles mínimos históricos.

Se anticipa que en los siguientes meses de 2016, la inflación general anual se sitúe en niveles inferiores a 3 por ciento, si bien se prevé que hacia los últimos meses del año supere transitoriamente dicho nivel. En todo caso, es previsible que el promedio anual se ubique prácticamente en 3 por ciento. Esta trayectoria es producto de una serie de factores, entre los cuales destaca la actualización de la fórmula empleada por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para la determinación de los precios máximos de las gasolinas y la evolución esperada de las referencias internacionales de este energético. En lo que se refiere a la inflación subyacente, se espera que aumente de manera gradual para finalizar 2016 cerca de 3 por ciento. Para 2017, se prevé que la inflación general se mantenga alrededor de la meta permanente de inflación, al igual que la subyacente.

Las previsiones anteriores están sujetas a riesgos, entre los que se encuentran los siguientes. Al alza, que tuviera lugar un deterioro en el entorno internacional que generara una depreciación desordenada del tipo de cambio, y que, por tanto, esta pudiera incidir en mayor grado sobre la inflación general. En este mismo sentido, no es posible descartar incrementos en los precios de productos agropecuarios, si bien su impacto sobre la inflación sería transitorio. A la baja, que continúen las disminuciones en los precios de algunos insumos de uso generalizado, como los servicios de telecomunicación y los energéticos, derivado de las reformas estructurales. De igual forma, que la actividad económica nacional y global presente un dinamismo menor al previsto, lo que postergaría presiones inflacionarias por el lado de la demanda agregada.

2. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA

Dado que el escenario central sobre el comportamiento de la inflación para el corto y el mediano plazo es congruente con la meta permanente de 3 por ciento, la Junta de Gobierno decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 3.75 por ciento.

Sin embargo, hacia adelante, la Junta de Gobierno seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor. Asimismo, se mantendrá vigilante de la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, sin descuidar la evolución de la brecha del producto. Esto con el fin de estar en posibilidad de tomar medidas con toda flexibilidad y en el momento en que las condiciones lo requieran, para consolidar la convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3 por ciento.

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