El tratado, que entró en vigor el 30 de diciembre de 2018 y está conformado por 11 países de la cuenca del Pacífico, excluyendo Estados Unidos, le ha quitado el sueño a las cámaras de ambos sectores, pues contempla una reducción arancelaria con Malasia y Vietnam, que cuentan con mano de obra barata, al tiempo que permite a este último país asiático utilizar insumos de naciones de ese continente, como China, en textiles y prendas de vestir al considerar que hay escaso abastecimiento.