Cada sector tiene sus consumidores prototipo y el del lujo no es la excepción. Con grandes firmas como Lanvin, Louis Vuitton, Hermès o Armani en permanente búsqueda de nuevos países donde desembarcar, se ha desarrollado en torno al consumo de estos bienes exclusivos una serie de tipos de consumidores, con sus preferencias y hábitos de compra particulares.