Durante el 2008 y 2009 el mundo experimentó una de las crisis más severas de las que se tengan registros en la historia económica mundial y de la cual hoy en día se siguen teniendo secuelas que han limitado el crecimiento sostenido de la economía del orbe. Pero a pesar de ello, y siendo que fue en Estados Unidos donde se originó la crisis, el dólar no sufrió de graves consecuencias, ni perdió su valor en el mercado global de divisas.
Cualquier otro país en una situación similar habría enfrentado una severa crisis económica interna lo que hubiera desatado una fuerte devaluación de la moneda y con ello la perdida de poder adquisitivo, disminución del consumo y el gasto público, lo que habría generado un circulo pernicioso de graves consecuencias ante el descontento social.
Descarga el reporte en el enlace inferior