ECONOMÍA: Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 4 de octubre de 2018.

1. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA RECIENTE Y PERSPECTIVAS

La presente Sección fue elaborada por las Direcciones Generales de Investigación Económica y de Operaciones de Banca Central, ambas del Banco de México.

1.1. Actividad económica mundial

La economía mundial siguió expandiéndose a un ritmo moderado durante el segundo trimestre de 2018, acentuándose las divergencias en el ritmo de crecimiento de las principales economías. En efecto, mientras que la expansión de diversos países avanzados fue menor a la esperada y las economías emergentes exhibieron un menor dinamismo, Estados Unidos presentó una expansión elevada. En un contexto de baja holgura, ello podría conducir a mayores presiones sobre la inflación.

El panorama para la economía mundial está sujeto a un alto grado de incertidumbre debido a los riesgos asociados a un escalamiento adicional de las tensiones comerciales, a un mayor apretamiento en las condiciones financieras y a factores geopolíticos. Por un lado, la incertidumbre respecto al escalamiento de las disputas comerciales ha empezado a reflejarse en un deterioro de los indicadores de comercio y producción, de confianza de los negocios y de gasto en capital. Adicionalmente, en un escenario en el que se percibe que las economías avanzadas elevarán sus tasas de interés a ritmos diferenciados, pudiera observarse un apretamiento adicional en las condiciones financieras globales. Finalmente, existen otros riesgos para el crecimiento de la economía mundial, como el alza en los precios del petróleo y diversos factores de orden geopolítico. En este contexto, las perspectivas de crecimiento de la economía mundial para 2018 y 2019 se han moderado, reflejando la expectativa de una mayor debilidad en algunas de las principales economías avanzadas, como la zona del euro y el Reino Unido, y de algunas emergentes, como Argentina y Turquía.

En Estados Unidos, en el segundo trimestre del año la actividad económica creció 4.2% a tasa trimestral anualizada con datos ajustados por estacionalidad, luego del avance de 2.2% presentado en el primero. Los indicadores disponibles sugieren que en el tercer trimestre el consumo privado y la inversión siguieron expandiéndose a un ritmo elevado, apoyados por los altos niveles de confianza de los consumidores y de los negocios. Adicionalmente, las cifras sobre inventarios apuntan a que estos podrían contribuir positivamente al crecimiento, después de la fuerte desacumulación que registraron durante el segundo trimestre. Para los siguientes trimestres se prevé que la economía siga expandiéndose a un ritmo elevado, apoyada en parte por el mayor estímulo fiscal, si bien se anticipa que en el mediano plazo se observe una desaceleración conforme este impulso se vaya desvaneciendo y las condiciones financieras se tornen menos acomodaticias.

La producción industrial en Estados Unidos continuó avanzando en el bimestre julio - agosto, reflejando el desempeño favorable de sus tres principales componentes. En particular, las actividades de generación de gas y electricidad registraron un crecimiento elevado, mientras que la producción minera mantuvo la tendencia positiva que comenzó a finales de 2016. A su vez, la producción manufacturera siguió expandiéndose a un ritmo moderado, principalmente como resultado del repunte en la producción de vehículos y autopartes. Los indicadores prospectivos sugieren que las manufacturas mantendrán un dinamismo similar al observado en los meses previos.

El mercado laboral en Estados Unidos ha continuado fortaleciéndose. La nómina no agrícola aumentó en 185 mil plazas en promedio entre los meses de junio y agosto, cifra superior a la necesaria para cubrir el crecimiento de la fuerza laboral. Por su parte, la tasa de desempleo se estabilizó en alrededor de 3.9% desde abril, nivel por debajo de la tasa natural de desempleo estimada por la Oficina de Presupuesto del Congreso de ese país (CBO, por sus siglas en inglés). El apretamiento del mercado laboral se vio reflejado también en dificultades para cubrir vacantes, en tanto que la tasa de apertura de nuevas plazas y la tasa de renuncias se ubicaron en niveles previos a la crisis financiera global. En este contexto, el crecimiento de los salarios ha seguido repuntando.

En la zona del euro, los indicadores disponibles al tercer trimestre sugieren que la economía siguió expandiéndose a un ritmo moderado, después de haberse desacelerado en la primera mitad del año a causa de una contribución negativa de las exportaciones netas. En particular, el consumo privado y la inversión han sido impulsados por los mayores ingresos de las familias, las mayores utilidades empresariales y los elevados niveles de utilización de la capacidad instalada. En este entorno de crecimiento moderado, la tasa de desempleo de la región se mantuvo en 8.1% en agosto, nivel inferior al que se considera de largo plazo, al tiempo que el ritmo de crecimiento de los salarios se aceleró. No obstante, se ha acentuado la divergencia entre el crecimiento de economías como Francia y Alemania y el de otros países de la periferia, principalmente Italia. Hacia adelante, el deterioro en los índices de confianza de los consumidores y de los negocios representa uno de los principales riesgos para el dinamismo de la región, toda vez que, de continuar, pudiera afectar adversamente los niveles de inversión y consumo.

En Japón, los indicadores disponibles al tercer trimestre apuntan a un menor crecimiento de la economía, luego de que la actividad económica se expandiera 3% a tasa trimestral anualizada ajustada por estacionalidad en el segundo trimestre como reflejo del repunte de la inversión fija. Por una parte, las exportaciones netas presentaron un debilitamiento, mientras que el consumo privado se ha visto afectado por diversos desastres naturales que tuvieron lugar en julio y en septiembre. En este entorno, la tasa de desempleo se ubicó en 2.4% en agosto, cerca de su mínimo de las últimas dos décadas, y los salarios mostraron un repunte.

En la mayoría de las economías emergentes, la actividad económica se ha debilitado como resultado de las mayores tensiones comerciales, el apretamiento de las condiciones financieras y diversos factores idiosincrásicos. En efecto, el crecimiento de diversos países, entre los que destacan Turquía, Argentina, Brasil, India y Sudáfrica, se ha desacelerado de manera importante. Por otra parte, las mayores tensiones comerciales que se han registrado entre Estados Unidos y China pudieran tener un efecto adverso sobre la actividad económica y la inflación de China y de otras economías emergentes, principalmente de Asia.

Durante las últimas semanas, los precios internacionales de las materias primas mostraron un comportamiento heterogéneo. Por un lado, en un contexto de creciente incertidumbre sobre los efectos de las sanciones impuestas por Estados Unidos a las exportaciones de petróleo iraní, a finales de agosto los precios del petróleo mostraron incrementos ante la expectativa de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores decidieran mantener sus niveles de producción sin cambio, lo cual efectivamente se confirmó en su reunión celebrada el 23 de septiembre. En cambio, los precios de los metales industriales permanecieron en niveles bajos debido a perspectivas de una menor expansión manufacturera global y al posible escalamiento en las disputas comerciales entre Estados Unidos y China. Por último, los precios de los granos cayeron luego de que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos incrementara el pronóstico de producción mundial de trigo.

1.2. Política monetaria y mercados financieros internacionales

En un contexto en que se ha venido observando un apretamiento en los mercados laborales de las principales economías avanzadas, una fuerte alza en los precios del petróleo, y mayores desequilibrios macroeconómicos en diversas economías emergentes, la inflación siguió presentando una trayectoria ascendente, aunque persisten las diferencias entre países. En particular, la inflación en Estados Unidos ha repuntado en los últimos meses, situándose actualmente alrededor de su meta, mientras que en la zona del euro y Japón se ha mantenido por debajo de las metas de sus bancos centrales. En este escenario, se prevé que los bancos centrales de las economías avanzadas continúen con un proceso gradual hacia una postura monetaria más neutral, si bien se anticipa divergencia en la velocidad en la que podrían ajustar sus políticas. En efecto, se espera que la Reserva Federal y el Banco de Canadá sigan elevando su tasa de referencia antes de finalizar 2018; que el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo hagan lo propio ya avanzado el próximo año; y que el Banco de Japón sea más cauteloso en el proceso de alza de tasas.

Como se anticipaba, en su reunión de septiembre la Reserva Federal aumentó su objetivo para la tasa de fondos federales a un rango de 2 a 2.25% y reiteró su previsión de aumentos graduales para dicha tasa, lo cual propició un aumento en las tasas de interés en todos sus plazos. En su comunicado, dicha

Institución eliminó la frase que calificaba las condiciones monetarias como acomodaticias, si bien el Presidente de la Reserva Federal aclaró que lo anterior no refleja un cambio en su postura monetaria. En cuanto a sus proyecciones de variables económicas y financieras, destacaron ligeras revisiones al alza en los estimados de crecimiento económico para 2018 y 2019; ajustes marginales en los pronósticos de la tasa de desempleo, la cual se estima que se ubicará por debajo de la tasa de largo plazo durante el periodo de pronóstico; y pocos cambios a los estimados de inflación, la cual se prevé que se mantenga alrededor de su meta en el mediano plazo. Por su parte, los pronósticos de los miembros de la Reserva Federal sobre la tasa de fondos federales sugieren un alza adicional de 25 puntos base en diciembre, en línea con las expectativas de analistas y las implícitas en variables de mercados financieros. Adicionalmente, las estimaciones del banco central apuntan hacia tres incrementos de 25 puntos base en 2019 y uno adicional en 2020, para alcanzar un rango de 3.25 a 3.50%, lo que situaría a la tasa objetivo por encima del 3% que se proyecta como tasa de largo plazo.

En su reunión de septiembre, el Banco Central Europeo (BCE) se abstuvo de modificar su guía futura y su tasa de referencia, reiterando que esta última se mantendrá sin cambio al menos hasta el verano de 2019. Adicionalmente, el BCE confirmó que en octubre reducirá su compra de activos de 30 mil millones de euros a 15 mil millones mensuales y recalcó que, sujeto a la evolución de las cifras económicas, anticipa finalizar dicho programa en diciembre. El BCE revisó moderadamente a la baja sus pronósticos de crecimiento para 2018 y 2019 ante la expectativa de una menor contribución del comercio exterior, al tiempo que mantuvo sin cambio sus proyecciones de inflación para los próximos dos años en 1.7%. El gobernador del Banco Central Europeo caracterizó los riesgos al crecimiento económico como balanceados e indicó que ha disminuido la incertidumbre en torno a las perspectivas de la inflación y espera que esta aumente gradualmente en el mediano plazo, respaldada por la política monetaria acomodaticia, la expansión económica y el aumento en los salarios. Sin embargo, afirmó que el estímulo monetario aún es necesario para que la inflación llegue a niveles cercanos a su objetivo. De tal forma, las expectativas de política monetaria implícitas en instrumentos de mercado siguen anticipando que el primer aumento en la tasa de referencia ocurra hasta el tercer trimestre de 2019.

En su reunión de septiembre, el Banco de Inglaterra mantuvo sin cambio su tasa de referencia en 0.75%, después de que la elevara en 25 puntos base en agosto. El Comité de Política Monetaria destacó que, si la economía se conduce conforme a lo estimado, sería apropiado continuar con un proceso de apretamiento monetario, el cual se daría de forma gradual y limitada. Si bien dicha Institución destacó que el crecimiento de los salarios y del consumo ha sido mayor a lo anticipado, advirtió que se percibe una mayor incertidumbre en relación con la salida de Reino Unido de la Unión Europea. En este contexto, las variables de mercado sugieren que el próximo incremento en la tasa de referencia se presente en el tercer trimestre del año próximo.

El Banco de Canadá mantuvo la tasa de referencia sin cambio en 1.5% en su reunión de septiembre, e indicó que la información económica reciente sugiere que se requerirá un mayor nivel de la tasa de referencia para alcanzar el objetivo de inflación en el mediano plazo. Sin embargo, dicho Instituto Central reiteró que seguirá un enfoque gradual, que observará la reacción de la economía a las tasas de interés más altas y que monitoreará el curso de las negociaciones comerciales con Estados Unidos y México y su impacto sobre las perspectivas de inflación. Así, los analistas y las variables de mercado anticipan que ese Banco Central aumente 25 puntos base su tasa objetivo en su reunión de octubre.

Finalmente, en su reunión de septiembre el Banco de Japón mantuvo sin cambio su tasa de referencia de corto plazo en -0.1% y la de largo plazo, ligada al bono de 10 años, en 0%. Dicha Institución señaló en su minuta que prevé que la demanda interna continúe expandiéndose, si bien señaló que está monitoreando el impacto de las políticas proteccionistas de Estados Unidos, ya que estas pudieran afectar a la economía japonesa a través de sus consecuencias en las cadenas globales de valor. Además, reafirmó que mantendrá una política monetaria altamente acomodaticia por el tiempo que sea necesario para alcanzar su objetivo de estabilidad de precios.

Si bien la inflación general se mantuvo por debajo del objetivo de la mayoría de los bancos centrales de las economías emergentes, esta siguió aumentando debido a la reciente depreciación de sus divisas, el incremento en los precios de la energía y, en algunos casos, la menor holgura en sus economías. En este sentido Argentina, Filipinas, Indonesia, República Checa, Rusia y Turquía elevaron sus tasas de política monetaria y se anticipa que en los próximos meses otros bancos centrales adopten una postura más restrictiva ante el deterioro en el balance de riesgos para la inflación.

En este entorno, en las últimas semanas los mercados financieros internacionales mostraron episodios de volatilidad y los precios de los activos de las economías emergentes registraron un desempeño negativo. Como se mencionó anteriormente, el escalamiento adicional de las disputas comerciales entre algunas de las principales economías, el mayor apretamiento en las condiciones financieras, y factores geopolíticos, han generado mayor incertidumbre sobre la fortaleza de la economía mundial. En efecto, desde la última reunión de política monetaria del Banco de México la mayoría de las divisas se depreciaron frente al dólar, al tiempo que los índices accionarios de los países desarrollados presentaron retrocesos en el último mes, con excepción de las bolsas en Japón y Estados Unidos, estas últimas beneficiadas por el buen dinamismo económico en ese país. Mientras tanto, en los mercados de renta fija se registraron alzas en las tasas de interés, en un contexto en el que continúa esperándose que los principales bancos centrales avancen en sus procesos de normalización de su política monetaria. Además, la inestabilidad de algunos mercados emergentes también motivó una actitud de cautela por parte de los inversionistas. Así, en las economías emergentes continuaron registrándose salidas de capitales por parte de inversionistas extranjeros, mientras que los precios de los activos financieros, tanto de renta fija como de renta variable, siguieron presentando un desempeño a la baja, reflejando el posible impacto de las medidas proteccionistas de Estados Unidos y diversos factores idiosincrásicos. No obstante, se observaron diferencias entre estas economías de acuerdo a sus fundamentos macroeconómicos y a factores propios de cada país. En efecto, entre este grupo de países, las economías con mayores desbalances macroeconómicos, tales como Argentina, Turquía Sudáfrica y Brasil, han enfrentado las mayores depreciaciones cambiarias.

Hacia adelante, persisten factores de riesgo tanto para los mercados financieros internacionales, como para la actividad económica global. En particular, destacan las posibles consecuencias de una mayor pérdida de confianza por parte de hogares, negocios e inversionistas ante las medidas proteccionistas ya implementadas y la posibilidad de que estas se intensifiquen. Adicionalmente, persiste el riesgo de observar un ritmo más rápido al previsto en el ajuste de las condiciones monetarias de las principales economías avanzadas, en caso de que se presente un repunte no anticipado de la inflación. Lo anterior se suma a los riesgos financieros relacionados con las altas valuaciones de algunos activos financieros y de la incertidumbre asociada con ciertos eventos de orden geopolítico, el alza en los precios del petróleo y el deterioro en los balances macroeconómicos de algunas economías emergentes.

2. EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA MEXICANA

2.1. Mercados en México

En las semanas posteriores a la última decisión de política monetaria del Banco de México, el peso registró una depreciación de 0.9%, en un entorno en el que la mayoría de las divisas de los países emergentes mostraron depreciaciones de mayor magnitud. La resiliencia que ha mostrado el mercado cambiario en México puede asociarse a un prudente manejo macroeconómico en el país y a los avances en la negociación comercial con Estados Unidos y Canadá. Así, la moneda nacional continúa siendo la divisa emergente de mejor desempeño en lo que va de 2018, con una apreciación de 5%.

En este contexto, las condiciones de operación en el mercado cambiario se mantuvieron estables durante prácticamente todo el periodo. En particular, en cuanto a las condiciones prospectivas de operación medidas a través de la volatilidad implícita en las opciones de tipo de cambio, el peso mexicano destacó dentro del conjunto de monedas emergentes por su estabilidad. Adicionalmente, se observó una reducción moderada en las posiciones cambiarias en derivados a favor del peso mexicano, primordialmente entre inversionistas extranjeros con un horizonte de inversión de corto plazo.

Por su parte, desde el último anuncio de política monetaria a la fecha, las tasas de la curva de rendimientos de valores gubernamentales presentaron incrementos de hasta 25 puntos base (p.b.), con lo que alcanzaron sus niveles más elevados desde 2011. Cabe destacar que la pendiente de la curva de rendimientos, medida a través del diferencial entre los bonos de 30 y 3 años, mostró un empinamiento de alrededor de 34 p.b. para ubicarse en niveles de 42 p.b. Lo anterior se presentó en un contexto en el que las condiciones de operación de este mercado también se mantuvieron estables.

Por otro lado, durante las últimas semanas se presentaron algunos flujos de salida por parte de inversionistas extranjeros que redujeron su exposición a instrumentos de largo plazo denominados en pesos.

Finalmente, las expectativas sobre el nivel de la tasa de referencia de política monetaria implícitas en la estructura de la curva de rendimientos no mostraron cambios significativos respecto de los niveles del periodo anterior. Así, el mercado anticipa que la tasa de referencia se ubique en niveles de 7.77% en la decisión de octubre y en 7.84% a finales de año. Por su parte, el consenso de los principales analistas económicos no espera un cambio en el nivel de la tasa de política monetaria en la decisión de octubre y anticipan que esta finalice en 7.75% a finales de año.

2.2. Actividad económica y determinantes de la inflación

En el segundo trimestre de 2018, la actividad económica presentó una contracción con respecto al primero. Este comportamiento reflejó la reversión del dinamismo que la inversión mostró a principios de año, así como un debilitamiento tanto del consumo, como de las exportaciones. No obstante, a principios del tercer trimestre la economía mexicana se expandió. En particular, el IGAE de julio exhibió una mejoría en sus tres grandes grupos de actividad económica en relación con su comportamiento en el segundo trimestre del año.

Con respecto a la demanda externa, las exportaciones manufactureras presentaron un mayor ritmo de crecimiento en el bimestre julio - agosto de 2018, después de la debilidad que exhibieron en el segundo trimestre del año en curso. Por destino de las exportaciones, las dirigidas a Estados Unidos continuaron avanzando, mientras que las canalizadas al resto del mundo mantuvieron la tendencia negativa que han venido registrando desde principios de 2018. En cuanto a la demanda interna, con información de Cuentas Nacionales, en el segundo trimestre de 2018 el consumo privado se mantuvo en un nivel similar al reportado el trimestre anterior. Con información a julio, los ingresos en establecimientos comerciales al por menor mantuvieron una trayectoria positiva, mientras que en el bimestre julio - agosto de 2018 las ventas de vehículos ligeros continuaron mostrando un débil desempeño en relación con el elevado crecimiento que registraron entre 2014 y 2016. Por su parte, en el segundo trimestre de 2018 tanto la inversión privada, como la pública, presentaron caídas que condujeron a que se revirtiera parcialmente el repunte que la inversión en su conjunto había exhibido en el primer trimestre del año en curso.

En relación con la evolución de la actividad económica por el lado de la producción, a inicios del tercer trimestre los servicios mantuvieron una trayectoria positiva, las actividades secundarias continuaron presentando una incipiente mejoría, al tiempo que las actividades primarias registrando cierta desaceleración. El desempeño positivo de las actividades terciarias fue reflejo, principalmente, de la contribución de los rubros de servicios financieros e inmobiliarios; servicios de transporte e información en medios masivos; comercio al por mayor; servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas; y de los servicios educativos y de salud. Al interior de la actividad industrial, la construcción mostró indicios de una incipiente recuperación, en tanto que las manufacturas continuaron presentando cierta mejoría respecto del débil desempeño que exhibieron durante la mayor parte de 2017. En contraste, la minería siguió registrando una tendencia decreciente.

En cuanto a la posición cíclica de la economía, se estima que a principios del tercer trimestre de 2018 las condiciones de holgura se mantuvieron en niveles similares a los observados el trimestre anterior. Respecto de las condiciones del mercado laboral, tanto la tasa de desocupación urbana como la nacional se mantuvieron en niveles bajos, en tanto que el número de puestos de trabajo afiliados al IMSS mantuvo un desempeño positivo, si bien con cierta reducción en su dinamismo. Con información al segundo trimestre de 2018, como consecuencia de la expansión de las remuneraciones medias reales, el costo unitario de la mano de obra en términos reales para la economía en su conjunto exhibió un repunte, ubicándose por encima de su tendencia de largo plazo. A su vez, a principios del tercer trimestre de 2018 los costos unitarios de la mano de obra en el sector manufacturero mantuvieron una tendencia creciente.

En los meses de julio y agosto de 2018, el financiamiento interno al sector privado no financiero presentó una moderación en su ritmo de expansión respecto de lo observado en el primer semestre del año. Ello obedeció a un menor ritmo de crecimiento del financiamiento a las empresas, así como a la continuada desaceleración del crédito al consumo. Lo anterior se dio en un entorno en el que los costos del financiamiento se situaron en niveles superiores a los observados en promedio en 2017 y, en general, presentaron ligeros incrementos con respecto al primer semestre de 2018. Además, los índices de morosidad del crédito a las empresas y a la vivienda se mantuvieron en niveles bajos y estables, mientras que los correspondientes al consumo parecerían haber detenido el deterioro que se venía observando desde finales de 2016, si bien continúan en niveles relativamente elevados. Así, la evidencia sugiere la ausencia de presiones de demanda en el mercado de fondos prestables.

2.3. Comportamiento y perspectivas de la inflación

Entre el mes de julio y la primera quincena de septiembre, la inflación general anual pasó de 4.81 a 4.88%. Este aumento se explica por una mayor inflación del componente no subyacente, principalmente como reflejo de los incrementos en los precios de los energéticos, toda vez que la inflación subyacente ha continuado disminuyendo. No obstante, su ritmo de reducción se ha visto afectado por los efectos indirectos que los aumentos en los precios de los energéticos han tenido sobre los costos de producción de algunos genéricos de este subíndice.

A pesar de que la inflación subyacente anual se ha visto afectada por los efectos indirectos antes citados, esta disminuyó de 3.63% en julio a 3.56% en la primera quincena de septiembre. En dicho comportamiento destacó la reducción en la tasa de variación anual de los precios de las mercancías, derivado de menores incrementos en los precios de las mercancías no alimenticias, mismos que fueron parcialmente contrarrestados por aumentos mayores en los precios de las mercancías alimenticias. Los precios de los servicios también redujeron su tasa de crecimiento anual, en parte debido a menores alzas en los precios de los servicios de educación en relación al año previo.

Por su parte, la inflación no subyacente anual se mantiene en niveles elevados y ha seguido aumentando. Entre julio y la primera quincena de septiembre este indicador se incrementó de 8.38 a 8.90%. Lo anterior se debió a los aumentos que se han registrado en los precios de los energéticos, principalmente en los de las gasolinas y en el del gas L.P. Cabe señalar, que si bien dichos incrementos de precios tienen su origen en alzas en sus referencias internacionales, el ajuste gradual en la determinación de los precios de las gasolinas ha propiciado mayor persistencia en sus aumentos. En contraste, la tasa de variación anual de los precios de los productos agropecuarios se ha mantenido en niveles bajos.

Las medianas de las expectativas de inflación de corto plazo provenientes de la encuesta que levanta el Banco de México entre especialistas del sector privado aumentaron entre julio y septiembre. Destaca el incremento registrado en la correspondiente a la inflación general para el cierre de 2018, la cual se ajustó de 4.25 a 4.50% en dicho periodo, luego de que los datos de inflación observados en junio, julio y agosto –en particular los correspondientes al componente no subyacente– se ubicaron por arriba de las expectativas de los analistas. Asimismo, la correspondiente a las expectativas de inflación general para el cierre de 2019 se ajustó de 3.60 a 3.70% entre las encuestas de los meses referidos. En contraste, la mediana para el componente subyacente para el cierre de 2018 disminuyó, al pasar de 3.60 a 3.53%, en tanto que la relativa al cierre de 2019 permaneció prácticamente sin cambio y se sitúo en 3.43%. Por su parte, las medianas correspondientes a los próximos 12 meses, con referencia tanto al mes como al mes siguiente del levantamiento de la encuesta, se ajustaron a la baja de 3.85 a 3.76% y de 3.80 a 3.70%, respectivamente. Finalmente, aquellas correspondientes a las expectativas para el mediano y largo plazos se mantuvieron estables en alrededor de 3.5%. En lo que respecta a las expectativas de inflación implícitas en las cotizaciones de instrumentos de mercado para horizontes de largo plazo (extraídas de instrumentos gubernamentales con vencimiento a 10 años), estas continuaron ubicándose en niveles cercanos a 3.5% en el mismo lapso. Por su parte, la prima por riesgo inflacionario registró un incremento en el periodo antes mencionado.

Se estima que la inflación general anual se aproxime hacia el objetivo de 3% durante el resto del año y en 2019, ubicándose durante el primer semestre de 2020 alrededor de dicho objetivo. Asimismo, se anticipa que la inflación subyacente anual siga disminuyendo en el horizonte en el que opera la política monetaria. Entre los riesgos que enfrenta la inflación, destacan los siguientes. Al alza, que la cotización de la moneda nacional se vea presionada como resultado tanto del entorno de mayores tasas de interés externas, como de otros elementos de incertidumbre que persisten en el ámbito externo e interno. También, que se presenten mayores presiones en los precios de los energéticos, como lo muestran las cotizaciones a futuro para algunos de estos; que se observe un mayor escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global que afecte adversamente el comportamiento de la inflación; y que se registre un gasto público mayor al anticipado. Además, en la medida que las negociaciones salariales no sean congruentes con las ganancias en productividad, podrían generarse presiones sobre la inflación. A la baja, la ratificación del acuerdo comercial alcanzado entre Estados Unidos, Canadá y México podría tener consecuencias favorables sobre los mercados y la cotización del peso.

3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA

Para guiar sus acciones de política monetaria, la Junta de Gobierno da seguimiento cercano a la evolución de la inflación respecto a su trayectoria prevista, considerando la postura monetaria adoptada y el horizonte en el que esta opera, así como la información disponible de los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, incluyendo el balance de riesgos para estos. Considerando el comportamiento reciente de la economía, que la naturaleza de los choques que han afectado recientemente a la inflación es de carácter transitorio, y que la tendencia esperada de la inflación subyacente continúa siendo descendente, la Junta de Gobierno decidió por mayoría mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 7.75%. Un miembro votó por incrementar dicho objetivo en 25 puntos base. La Junta se mantendrá vigilante del traspaso que se pudiese observar de los choques que han afectado a la inflación no subyacente, así como de otros elementos que pudieran afectar el comportamiento de la inflación subyacente, lo cual es especialmente relevante en un contexto como el actual, en el que esta última aún se ubica por encima de 3%. Ello, con el objeto de tomar las acciones que se consideren necesarias, en particular, el mantenimiento o un posible reforzamiento de la postura monetaria actual, a fin de que la inflación general converja a la meta del Banco de México en el horizonte en el que opera la política monetaria.

La Junta mantendrá una postura monetaria prudente y continuará dando un seguimiento especial al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos en un contexto externo adverso, así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía. Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3%, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que estas alcancen dicha meta.

 

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